TRES PERSPECTIVAS REGIONALES PARA ABORDAR LA PANDEMIA
Estamos transitando por un episodio poco usual, no sólo en México, sino en todo el mundo: Covid-19 (SARS-COV-2), tópico que está en boca de todos, en todos los idiomas. Aparentemente a casi un año, sobra y cansa poner el tema sobre la mesa. Aparentemente sobra, porque seguimos discutiendo, debatiendo, y lo seguiremos haciendo. Callar es, en cierta medida, negar.
Salimos de lo habitual: situaciones inéditas propias de una pandemia nos privan de sentido, de una dirección clara. Hasta la incertidumbre de su final, que es inminente, nos trae ansiosos y especulando, preguntándonos cómo será la vida después (de salir de esto).
2020: teatros cerrados, cines cerrados, museos cerrados. La vida y el quehacer cultural en cuasi estado cataléptico, cuasi inmóvil, obligan a que activemos mecanismos de supervivencia, apelando a su cualidad “imperecedera”, de inherente a lo humano: si muere la cultura, morimos todos de inanición intelectual y espiritual. Ahora, atender esta urgencia es parte de nuestro cotidiano: el arte ajustándose a las agendas de salubridad, la parafernalia de las exhibiciones -y las ferias y las subastas- envueltas con un halo de abandono y vulnerabilidad, entre otros efectos.
Pero también está lo irrevocable: más allá del aparato gestor, organizador y administrador, está el impulso creador y, con ello, su evolución, desarrollo y discurso en esta parte de la historia. La intención incesante de seguir generando obras y públicos que las contemplen, de la manera que tenga que ser, a como dé lugar, a pesar de un virus microscópico que amenaza desde su omnipresencia: el arte no se detiene.
Desde este espacio, desde este refugio, hacemos frente a nuestro contexto; desde este propósito plástico se reúne a diversos actores de Jalisco, Guanajuato y Querétaro, donde generamos una idea más nítida y clara para abordar la crisis actual desde estas diferentes geografías. Las propuestas de Jalisco muestran escenas, fotografías y retratos imposibles: Renata Trejo transmite el júbilo por el reencuentro: sentidos y naturaleza; Verónica Rodríguez nos presenta pequeños episodios escondidos y fascinantes de la existencia cotidiana; Viviana Reyes nos ofrece retratos de la psique y el inconsciente. Desde Guanajuato, Vanessa Freitag y Catalina Gris nos invitan a reflexionar sobre afectos y soluciones a la enfermedad de la individualidad, desde su perspectiva de color y textura. Querétaro representa, tal vez, la cara cruda y nostálgica: Omar Benítez Favela opina sobre cuestiones políticas y existenciales desde el trazo desenfadado y, a veces, agresivo; Toni Ávila provoca e incomoda al descontextualizar objetos, personas y cosas; las serigrafías de Nando Murio nos llevan a la infancia, nos empuja a querer regresar a ella con exigencia y apuro.
2021: se despiertan ánimos de esperanza. Hay quienes quieren que vuelva a ser todo como antes, a las dinámicas muy del 2019 y años anteriores; ojalá no sea así y, de serlo, se vuelve deseable otra sacudida que nos haga, en verdad, madurar y crear desde el Arte Contemporáneo nuevas narrativas ante un mundo cada vez más enajenado, banal e individualista.
Leonardo Díaz / San Miguel de Allende 20 Enero 2021